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María Victoria Pablos Lamas
Calcetín del montón
Reflexiones desde la ventana

Calcetín del montón

«...Y como un diamante indestructible puede llegar a surgir la admiración sincera que nos enlace a otras personas, posiblemente grandes personas»

María Victoria pablos lamas

Sábado, 20 de junio 2020, 09:38

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No pensamos demasiado las cosas importantes, pero en cambio, si nos encontramos con una corriente de pensamiento abrumadora tendemos a dejarnos influir...

Pensar, es analizar desde uno mismo. Como si tuviésemos la posibilidad de crear nuestra burbuja. Es mucho más que un rasgo de configuración. Es vital... Es la manera de generar filtro propio.

Quiero advertirles que pensar en este artículo puede ser un buen impulso para sentirnos felices y valorar lo que trabajamos para conseguirlo.

Materializar ciertos pensamientos, mediante la escritura, obliga a encontrar palabras precisas... a veces cambiando los enfoques iniciales, tornándose más adecuados y certeros. Es pura magia donde al final las jerarquías afloran de forma espontánea... hasta llegar a acercarnos a construir una hipótesis importante con cierto aire de fiabilidad.

¿Quién no se ha dado cuenta de que si lee algo fuera de contexto aparecen aplicaciones nuevas?... Valiosas, altamente significativas. Las reflexiones son tan libres que una vez escritas alcanzan su total independencia, sólo hace falta un poquito de tiempo. Es un hecho. (Si ha leído el Quijote, sabe a qué me refiero)

Ríanse hoy, pero quiero pensar y escribir sobre calcetines... Y liberar estas reflexiones a ver qué pasa.

De niña por supuesto rompí calcetines. Sigo haciéndolo hoy.

Uno vive su vida conectado a otras personas, pero... ¿Qué magia existe para que se establezca conexión? Yo lo llamo 'dinámica de los calcetines'. Visualicen un montón de calcetines... donde todos somos las relaciones que formamos.

Lo primero, sin duda en cualquier relación sana, ha de ser la falta de interés material. La energía que desprende alguien... a menudo nos acerca, nos separa o nos deja indiferentes hacia otras personas. Pero, algo tiene que ver también la energía que desprendemos nosotros: No todos los momentos estamos con la misma disposición, ni con la misma vibración.

Así de difícil... Incluso cada uno constituimos un universo. Con sus leyes, sus ritmos y su devenir...

Piensen en dos pares de calcetines uno frente a otro. Entonces ¿Qué nos hace ser especiales? Sonrío mientras contesto que es completamente imposible dar una respuesta única. I M P O S I B L E.

Les cuento un secreto: los calcetines tienen mucho que ver.

No es el aspecto físico... No se trata tampoco de algo cuantificable. Digamos que, parte importante, puede ser lo fácil y placentera que resulte nuestra compañía para otra persona. Pero, más todavía, la paz que le podamos aportar a la tormenta de alguien.

Es un misterio recíproco muchas veces: Sano, sincero... O incluso caótico. Porque todo vale si encaja. (SIEMPRE encontraremos un roto para un descosido.)

Volviendo a los calcetines... ¿A quién no le ha gustado un par exótico? Pensemos... Nos puede unir ese carácter simpático, espontáneo, jocoso... Que nos haga hacer menores los problemas; que nos haga romper malas rachas. ¡Qué gran valor el del humor! Por la misma razón podemos llegar a admirar alguien por la falta de él, ¿quién no conoce a un cascarrabias adorable? Ellos nos van a acercar absolutamente al sarcasmo. Y hace tanta falta…

Somos calcetines, de colores, de todos y cada uno de los materiales, impecables, con agujeros o zurcidos…exóticos. Distintos…

Hay quien vive gracias a un calcetín 'prestado'. Piensen ustedes en los trasplantes o en las operaciones de riesgo con final feliz. Somos muchos los que exhibimos un calcetín prestado, distinto. Este hecho nos ata salvajemente a la vida, a la gratitud. Nos hace pensar en cada día como si fuese el último. ¡Qué gran regalo supone tener una nueva oportunidad!

El mundo no se detiene y nos unen las situaciones, igual que a veces... son las situaciones las que nos separan: Las vitales como nacer, respirar, evolucionar, morir. Y otras más mundanas, como la música, el arte, el deporte, compartir deseos, entornos, tener hijos, ser abuelos, vivir en la misma calle, perder un ser querido, vivir una pandemia... Tantos hechos múltiples existen para acercarnos a tantas personas...

Y como un diamante indestructible puede llegar a surgir la admiración sincera que nos enlace a otras personas, posiblemente grandes personas. Necesitamos tiempo para consolidar esa admiración.

He de decir que la admiración total no existe, ¡ni falta que hace! ¡Con lo cargados que tenemos el universo de imprecisiones, defectos y problemas! Admiramos lo que nos da la gana, ¡Cada uno lo que la gana nos dé! ¡Claro que sí!

Qué trascendente cuando la admiración se convierte en recíproca. Se crea un pacto de fuertes lazos y respeto mutuo... Acero forjado y mantenido. Casi unidos por un mismo calcetín.

Pero ningún calcetín es eterno: Un zurcido tras un perdón, un parche tras una pérdida, un desteñido, un ligero o gran desgaste... ¡Un cambio de calcetines ante un giro inesperado!

Mantenga sus calcetines... hasta si por necesidad los presta. Y no piense que importa... ¡Todo sirve mientras dure!

Sin ellos no sabemos existir. Ya no. Miren a Pau Donés cantando 'Eso que tú me das', mientras disfrutaba su vida hasta el último momento, con sólo medio calcetín…

Piensen todos en estos momentos raros, donde nos toca llevar 'un poco rotos los calcetines'. Y alégrense mientras podamos ser parte del montón, de este complejo montón.

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