

josé cercas
Miércoles, 20 de julio 2022, 07:29
Atardece sobre los tejados del bar de la piscina; al oeste, el sol con su luz rojiza cubre de sombras las arboledas. En la terraza, a nosotros, la tarde, nos pilla charlando sobre lo divino y lo humano, «a esta altura fulanito o fulanita no han venido» dice alguien. No tardarán en llegar, contesta otro. Aun así, el mirador se llena, los calores de estos días nos agotan, pero conseguiremos salir adelante y volveremos a estar donde se nos espera. Las fiestas a tiro de piedra, allí tendré que presentar los libros de varios amigos, luego a bailar con las horas tardías o con la barra, risas. Cae la noche, dije, sobre los tejados de la piscina, la luz parda de la anochecida nos cubre y, a lo lejos, la luna con su tul plateado se peina en la nocturna voz del verano. Otro día invoca nuestra atención en horas futuras, espera, allá vamos. Sonreímos, mañana será otro día, si Dios y el COVID nos dejan. Que así sea, aguardamos.
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