

JOSÉ M. BÚRDALO
Miércoles, 15 de abril 2020, 01:39
Hace algo más de un mes que se disputó la última jornada en la Tercera División en su grupo XIV, hasta que el maldito bicho entró en nuestras vidas y paró el mundo como lo conocíamos hasta entonces. Desde ese momento, los aficionados al fútbol nos hemos quedado sin nuestro habitual entretenimiento, ya sea en el fin de semana o en la jornada intersemanal vista por la televisión.
Confinados en casa. En cuarentena. Cumpliendo todas las recomendaciones oficiales para impedir que esto siga expandiéndose. Y para alguien acostumbrado a ver gran parte del fútbol que estaba disponible, es complicado sobrellevarlo.
Empecemos por el fútbol regional, que es el que nos pilla más a mano. Ir a ver un partido del Trujillo en nuestra localidad o en algunas de las poblaciones de nuestra comunidad servía, además de para ver el partido de futbol, para juntarte con amigos en el campo que, a lo mejor, no habías visto en toda la semana, preguntarle cómo le iba todo, hablar de lo humano y lo divino y como no, tomarte la habitual cervecita y el pincho de panceta que tan bien entraba al descanso. Cuando ibas fuera, te reencontrabas con viejos conocidos que has ido haciendo en todos los años que llevas siguiendo al equipo de tu pueblo, como miembro del mismo o como simple aficionado. Lo mejor del futbol no es solo el partido sino todo lo que le rodea.
A lo largo de los años he podido establecer amistad con jugadores, entrenadores, árbitros, directivos, narradores y aficionados de muchos clubes. Y se echa de menos compartir charlas prepartido con ellos y, durante el mismo, discutir las polémicas que se puedan dar durante el partido.
Luego tenemos los partidos televisados, esos que cada uno vive en la tranquilidad de su casa o en un bar con los compañeros de peña. Hemos pasado de disfrutar cada semana con las vivencias de los Messi, Benzema, Morata, Muniain, etc.… a tener que conformarnos con ver de nuevo a los Butragueño, Bakero, Santi Denia en los partidos clásicos con los que nos están deleitando las diferentes cadenas de televisión para rellenar su parrilla. A ver, no es que no me guste, pero no es lo mismo. En un partido de hemeroteca puedes disfrutar recordando a los jugadores, comentando batallitas con quien estés compartiendo el confinamiento, pero se pierde la emoción del momento, el sobresalto de una ocasión de gol, el 'enfado' por un error arbitral o la alegría de celebrar un gol de tu equipo.
Otro modo de quitarnos el mono de futbol son los torneos virtuales que se están celebrando y que se pueden seguir por internet. O gracias a los videojuegos, poder meterte en la piel de tu jugador favorito y marcar los goles que ellos ahora no pueden marcar. Ventajas de la tecnología del Siglo XXI.
Pero seamos sinceros, en estos momentos, el único partido que nos preocupa es el que estamos jugando. Si la única manera de vencer al virus es usar una táctica defensiva y, cuando tengamos la oportunidad, salir al contraataque, eso haremos, hasta que el árbitro de los tres pitidos indique el final del encuentro y podamos levantar el trofeo que nos declare como ganadores. Y para eso, debemos seguir la única orden que nos ha dado nuestro entrenador…
¡¡QUEDATE EN CASA!!
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