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Un grupo de padres protesta por la negativa de que sus hijos jueguen al fútbol

Un grupo de padres protesta por la negativa de que sus hijos jueguen al fútbol

El Ayuntamiento plantea que los menores de 5 a 7 años asistan a escuelas de psicomotricidad y a las modalidades en equipo a partir de los ocho

Javier Sánchez Pablos

Jueves, 11 de octubre 2018, 08:03

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La polémica está servida. Un grupo de madres y algún padre, con hijos de 5 a 7 años, se han movilizado ante la negativa de la concejalía de Deportes para que estos menores jueguen al fútbol en cualquier instalación municipal. Se debe a que el Ayuntamiento tiene planteado las escuelas de psicomotricidad y multideporte para esas edades. Las modalidades deportivas en equipo comienzan a partir de los ocho años.

Con indignación y cierta impotencia, dos de estos padres, José Manuel Casero y Pilar Jiménez, acompañados por Belén Cuevas y Raquel Rodríguez, no entienden esta decisión. Esa incomprensión va a más cuando resaltan que hay otros compañeros de esas edades que sí practican otras modalidades, a través de clubes, como gimnasia rítmica, atletismo o ciclismo. Por ello, piden una explicación.

Casero considera que si es perjudicial el fútbol para el desarrollo de los pequeños en esas edades, no comprende que la Federación Extremeña de Fútbol recoja, dentro de sus licencias federativas, la categoría de zagalín, para 5 y 6 años, así como la de prebenjamín, para 7 y 8. Asimismo, recuerdan que, con la mancomunidad se ha hecho una competición de fútbol con esta categoría de jugadores. Apostillan que en Huertas de Ánimas hay una agrupación, que acoge a menores de esa edad.

Pistas para jugar

Tanto Pilar, como José Manuel, junto a sus compañeras, insisten en que no piden que sus hijos estén federados. Lo único que quieren, al menos, es contar con dos horas en un pabellón para que sus hijos jueguen a fútbol, que es lo que realmente les gusta. A partir de ahí, ellos buscarían a un entrenador. No se apartan de pagar lo que fuera necesario.

Recuerdan que ya el año pasado surgió esta polémica, pero no se puso solución. Ahora, las protestas no van a parar. «Queremos conseguir que los niños jueguen al fútbol y no vamos a parar. No lo hago por mi hijo solo, sino por los que vienen detrás», explica Pilar. Por ello, si no hay alguna respuesta en los próximos días, continuarán las protestas en redes sociales y con la recogida de firmas entre vecinos de la localidad.

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