La ciudad acoge una inmersión... en inglés

Así ha sido un día de la inmersión lingüística que ha promovido la Consejería de Educación, a través del Servicio de Innovación y Formación del Profesorado, en la ciudad trujillana. Ha estado coordinada por la Academia Five, en colaboración con el Centro de Profesores y Recursos de la zona, con una duración de dos semanas. Esta inmersión se une a otras que ha programado la Junta.

En esta propuesta formativa han participado 14 docentes, que se han convertido por unos días en alumnos. Todos ellos tienen un nivel de inglés cercano al B2, que marca la Escuela Oficial de Idiomas. La implicación ha sido máxima, día y noche, detalla Ruiz. Del 1 al 14 de julio, excepto los fines de semana, se ha desarrollado un intenso programa en la ciudad trujillana, en el que los participantes casi no han tenido tiempo libre. El responsable detalla que la inmersión ha incluido la pernoctación y la manutención de los alumnos, además de materiales didácticos, las clases, entrada a diferentes edificios, así como la realización de diversas propuestas.

La intención ha sido que, a pesar de que estuviesen en la ciudad trujillana, estos peculiares estudiantes hablasen en todo momento inglés. Ruiz detalla que, para ello, se ha tenido personal especializo y nativo. Recuerda que, incluso, en los tiempos de descanso, han tenido que hacer un esfuerzo para no utilizar el español y si lo usaban, eran, de forma simbólica, penalizados.

Una de las alumnas, Isabel Reaño, destaca que se ha aprovechado muy bien el tiempo, «con todo perfectamente organizado», donde se ha combinado el aprendizaje con las actividades lúdicas. Reconoce que las jornadas eran agotadoras, puesto que tenían que hacer un gran esfuerzo para manejar un idioma diferente al castellano. «No nos han dejado solos para que practiquemos inglés», añade. Otra compañera, Sheila Zafra, apunta que vio una buena oportunidad de aprender inglés en Trujillo.

Jornadas intensas

En estos días, las jornadas de trabajo comenzaban a las 9.30 horas en la Academia Five para participar en las clases más teóricas. En estas sesiones, se veían aspectos relacionados con gramática, conversación, lectura y comprensión, entre otros elementos. Duraban hasta pasada las dos de la tardes, con un descanso a media mañana. En el tiempo de siesta, Ruiz apunta que los participantes han tenido la oportunidad de recibir clases de refuerzo por parte de los profesores nativos.

Las jornadas vespertinas han estado dedicadas a actividades más prácticas y divertidas, sin perder el objetivo principal, que ha sido hablar el inglés y aplicarlo a situaciones reales. Entre otras propuestas, han realizado una visita guiada a la ciudad, un debate en el ayuntamiento trujillano, así como una valoración de la inmersión en el teatro municipal Gabriel y Galán.

También ha habido una sesión de yoga y una tarde de piscina, junto a un juego de rol. Además, se ha celebrado la fiesta estadounidense del 4 de julio, con una barbacoa. Las noches, igualmente, han estado ocupadas con una visita nocturna para ver estrellas, una película y una fiesta especial, entre otras.

Teresa Nieto ha sido otra de las participantes. Ya tiene experiencia en otras inmersiones. Destaca las clases recibidas, adaptada para este tipo de alumnado. Otro compañero, Juan Carlos Marín, resalta las ventajas de una inmersión como la realizada en Trujillo, si uno se esfuerza para hablar y practicar inglés.

José Ramón Ruiz indica que se ha intentado tener todo medido para que los participantes recibiesen la mejor formación posible. «Hemos apostado por hacer una inmersión de calidad». Se muestra agradecido del resultado final.