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Los familiares recogieron ese título que reconoce a Florían Rodríguez, como hijo adoptivo de Trujillo
Don Florián ya es profeta en su tierra

Don Florián ya es profeta en su tierra

Numerosas personas asistieron al nombramiento de este sacerdote como hijo adoptivo de Trujillo, a título póstumo

Javier Sánchez Pablos

Miércoles, 18 de enero 2017, 16:01

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«Gracias porque mi tío haya podido ser profeta en su tierra». Así terminaba la intervención ayer, uno de los sobrinos del sacerdote Florián Rodríguez, Luis María, en un pleno extraordinario, que fue muy emotivo. Y dijo bien lo de profeta en su tierra no solo porque don Florián, como se le conocía, hubiera pasado gran parte de su vida en la ciudad trujillana, compartiendo, viviendo y llevando su labor pastoral en la comarca. Igualmente se expresó bien, porque, en este Pleno, por unanimidad, este religioso fue nombrado hijo adoptivo de Trujillo, a título póstumo, tras la propuesta realizada por un grupo de matrimonios vinculado con este sacerdote durante 33 años. La petición, además, fue avalada por más de 35 entidades, de muy diferente índole.

Esta sesión plenaria, atípica, llegó como si de un regalo o de una celebración de cumpleaños se tratase. El día antes, don Florián hubiese cumplido 92 años. Por tanto, a este festejo no podía faltar casi nadie, salvo ausencia justificada. El pleno estuvo repleto, con la asistencia de representantes de colectivos y personas a título particular, que, de un modo o de otro, estuvieron vinculados con este cura. Igualmente, asistieron numerosos sacerdotes no solo de Trujillo, sino también de la zona, junto al administrador de la Diócesis de Plasencia, Francisco Rico, entre otros representantes de la Iglesia.

No hay que olvidar que don Florián, nacido en Talaván, fue párroco de Madroñera e Ibahernando. Además, dirigió, durante casi tres décadas, la parroquia de Santa María y San Francisco de Trujillo. Cuando se jubiló, continuó su ministerio sacerdotal como párroco del Pago de San Clemente hasta el final de sus días. También fue arcipreste de la zona.

Desde que se abrió la sesión plenaria hasta su finalización, se destacó su figura como una persona querida, un pastor, un gran católico, un docente, un pensador, vinculado con la sociedad que le rodeaba, de gran inteligencia y de fácil palabra, con la capacidad siempre de transmitir el mensaje apropiado en cada momento. Hecho curioso es que fue profesor de Filosofía en el colegio Sagrado Corazón de Jesús de los tres líderes de los partidos políticos representantes en el Ayuntamiento, que son de distintas generaciones.

Intelectual y moderno

El alcalde, Alberto Casero, en su intervención, insistió en que este reconocimiento no es solo en nombre del Ayuntamiento, sino de toda la sociedad trujillana. Reconoció que las personas que reciben este este tipo de honores es porque han dejado «un surco muy profundo» en el alma de muchos ciudadanos. Casero destacó, asimismo, el papel de formador que ejerció este sacerdote para hacer personas libres. «Fue profundamente católico, intelectual y moderno, a pesar de su edad». Igualmente, resaltó el carisma social de su discurso, preocupado por los que menos tenían. El primer edil también puso de manifiesto su implicación con el pensamiento y con la capacidad de trasladar ideas que se convertían en principios y valores inamovibles en muchas personas. También que fue consiliario de órdenes religiosas, como las Hijas de la Virgen de los Dolores.

Por su parte, el portavoz del PSOE, Fernando Acero, reconoció que era una satisfacción participar en este pleno para nombrar hijo adoptivo de Trujillo a don Florián. Resaltó su fortaleza humana y su facilidad de transmitir en las homilías. En este mismo sentido, se pronunció el concejal de Izquierda Unida, Joaquín Paredes, que le consideró como «un adelantado a su tiempo». Puso de manifiesto su capacidad intelectual y su amor por el saber.

Tras estas intervenciones, llegó el momento de las votaciones de la propuesta. Para ello, el primer edil fue nombrando uno por uno a los concejales. Como manda el reglamento de honores y distinciones, el voto fue secreto y se echó en una urna. Al final, por unanimidad, Florián Rodríguez Pizarro fue nombrado hijo adoptivo, a título póstumo, de la ciudad trujillana, bajo el aplauso de los asistentes.

Una vez aprobada esta petición, el alcalde cedió la palabra a la familia, en la persona del sobrino del homenajeado, Luis María Rodríguez. Mostró el agradecimiento a las personas que han promovido y apoyado la distinción, así como a las personas que colaboraron con él. Recordó a los guías espirituales de su tío y el apoyo que tenía de sus familiares.

También habló Juan José Esteban, representante del grupo que ha promovido este título. Recordó el legado humano de este sacerdote, «que se dedicó a despertar la conciencia cristiana de las personas». Le definió como mensajero coherente, volcado con su familia. «Ha sido una suerte recorrer el camino con un pastor como él», dijo. Este acto lo cerró el administrador diocesano, quien recalcó que era conocido por toda la diócesis y un ejemplo de sacerdote. Seguidamente, el alcalde levantó la sesión.

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